miércoles, 28 de diciembre de 2011

SUPERBES y la NAVIDAD. (Capítulo 24)

2ª Parte
Como ya apuntamos al inicio, estas celebraciones navideñas se ubican, desde sus orígenes, en un período de cambio estacional (solsticio)… circunstancia acompañada y remarcada, desde hace muchos siglos (no en todas las culturas por igual), por el relevante hecho temporal que marca el fin de un año y el inicio del siguiente…

En el imperio romano (antes de su cristianización), estas fiestas eran conocidas como las Saturnales… Estaban dedicadas a Saturno (dios de la agricultura), marcaban el final del período de siembras invernales y anunciaban el inicio de un nuevo período de más luz (el sol invicto), que dejaba atrás las noches más largas y oscuras del año…

Esta idea de celebrar (y marcar) el paso o el transcurrir del tiempo, ya sea el nacimiento, el renacimiento o simplemente el cambio (real o virtual), siempre ha estado presente, de una u otra manera, en todas las culturas existentes… Y por tanto y por supuesto, no podía faltar en estas fusionadas y multiritualizadas celebraciones…

Según el antropólogo Akome Abebe, “Los loables propósitos, los nuevos proyectos, la renovación de ilusiones o, simplemente, los buenos deseos, constituyen una parte esencial de la expresión formal del ritual navideño”…

 
“Los más frecuentes y utilizados son aquellos que se desean o proponen a los demás… casi como un arma arrojadiza, especifica Akome Abebe… Quizás se deba a que la cosa se complica algo más, cuando tratamos de aplicárnoslos a nosotros mismos… porque como cada cual se conoce un poco mejor a sí mismo que a los demás, ya sabemos, de antemano, que quizás no sea el momento más oportuno para intentar proeza alguna”…

El intercambio de presentes, las ofrendas, los regalos, constituyen otro elemento básico de este conglomerado de rituales festivos…

Como explica Akome Abebe, “Dichas prácticas son una expresión de los lazos que se van creando en todo grupo o colectivo social… lazos que, a su vez, sirven de cohesión y sustento del mismo… Dichas prácticas son, en definitiva, una manifestación de pertenencia o integración, entre los individuos y los diferentes grupos”…

“En este caso particular y navideño, los grupos e individuos implicados son tantos y tan diversos, que las complicaciones surgidas y derivadas de dicho ritual pueden llegar a ser cuantiosas y de difícil solución… No viene mal, por tanto, contar con todo tipo de ayudas extras que permitan un mejor y más feliz desenlace”, aconseja Akome Abebe…

La profusa acumulación de celebraciones diversas (en tan poco espacio de tiempo), se convierte en todo un reto no apto para todos los espíritus…

“No es que no se vaya a poder salir de ellas, indemnes, vivitos y coleando… Porque salir, se sale (casi siempre), asegura Akome Abebe… Otra cosa bien diferente son los posibles daños colaterales y secuelas que puedan sufrirse y quedar para el resto de nuestra existencia… La lista de dichos daños es tan larga y diversa, que su catalogación, hasta ahora, ha resultado una tarea imposible de llevar a cabo”…

“Por todo ello, y aunque no sea estrictamente necesario, sí que puede resultar conveniente que cada cual establezca sus estrategias por adelantado… Personalmente, como experto estudioso del tema, suelo aplicar aquella estrategia de relajarse y disfrutar… cuanto sea posible, claro”, afirma Akome Abebe…

Hace poco escribía en algún lugar de este amplio y generoso mundo virtual que, para mí, lo más interesante de todo rito es su condición de ser una “caja vacía”… una caja que cada cual (y en cada momento) puede, si lo desea, rellenar con el contenido que estime más oportuno y apropiado… una caja que, incluso (y en cualquier momento), podemos mantenerla a medio llenar o completamente vacía…

En definitiva, se trataría de colocar el rito al servicio de cada individuo y cada grupo… Y no al revés… No sé si esto es siempre útil o posible.. A mí, personalmente, me ha servido y me sigue sirviendo… Y como creo que el antropólogo Akome Abebe, el alienígena SúperBES y su escudero el Pato, no deben andar demasiado en desacuerdo, me voy a unir a ellos (excepcionalmente y sólo en esta ocasión), para despedir esta entrada como es debido y supongo que esperado… de forma discreta, sencilla y sincera  :)


(Continuará)

Importante: se advierte que las escenas y hechos relatados han sido protagonizados por todo un superhéroe… No intenten reproducirlos en casa, por su cuenta, solos ni acompañados… ¡podrían ser altamente riesgosas para su salud física o mental!... (por el mismo motivo, dichas imágenes no deben utilizarse ni reproducirse, sin el conocimiento ni la autorización de su protagonista).

martes, 20 de diciembre de 2011

SUPERBES y la NAVIDAD. (Capítulo 23)

1ª Parte
Desde un punto de vista antropológico e histórico, existe un gran consenso sobre el origen de nuestras actuales fiestas navideñas… Dichos orígenes habría que ubicarlos en la “adaptación” y “reciclaje” de las antiguas y “paganas” celebraciones asociadas a los cambios estacionales… Dichos cambios estaban marcados por los llamados solsticios o momentos del año en los que, debido a la posición de la tierra respecto al sol, las horas del día o de la noche son máximas…

Fue la civilización cristianizada de occidente, por un lado, allá por el siglo III, y mucho más tarde, la cultura anglosajona protestante, por el otro, las que llevaron a cabo el cambio y relleno de los principales contenidos y formas que mantenemos en la actualidad…

Sea como fuere, a lo largo de los siglos, han sido diferentes y múltiples los factores, elementos y circunstancias que han ido conformando estas fiestas, convirtiéndolas en toda una rica y profusa amalgama de tradiciones, costumbres, ritos, significados o sentimientos tan diversos que resultaría un esfuerzo bastante inútil cualquier intento de racionalización de las mismas…

Más aún cuando la modernidad ha ido incorporando a dicha amalgama, fenómenos tan persuasivos y poderosos como la globalización, la mercantilización, el consumo o la "sutil" propaganda publicitaria…

Todo ello hace de estas fiestas, algo único e irrepetible (gracias a dios, y nunca mejor dicho)…

No obstante, y a pesar de lo expuesto, contamos con la experta y festiva opinión del antropólogo Akome Abebe que, muy amablemente (como no podía ser de otra manera), se ha ofrecido para compartir algunos de sus amplios y profundos conocimientos sobre el tema…

Según Akome, “En todo tipo de rito, tradición o costumbre, el factor formal tiene una importancia y un peso preponderante, muy por encima de su fondo o contenido… Algo que se manifiesta con especial y mayor relevancia (si cabe), en estas celebraciones navideñas… Como consecuencia de ello, señala Akome, las expresiones artísticas (sean del tipo que sean), se constituyen en un elemento básico y aglutinador del tremendo barullo o popurrí observado en las mismas”…

“Claro que, advierte Akome, si tenemos en cuenta que no todo el mundo muestra o posee el mismo nivel de capacidad o sensibilidad, para afrontar el reto de dichas manifestaciones artísticas, los resultados obtenidos son absolutamente dispares y de imposible clasificación o valoración… Con lo cual se alcanza un objetivo característico de estas celebraciones: Todo vale y todo es bien recibido, che”…

El consenso festivo y la amplísima convocatoria a participar y contribuir a su consolidación y engrandecimiento, se extiende rápidamente (incluso automáticamente), de forma que no hay que hacer especiales esfuerzos para adaptarse al mismo… más bien habría que decir que se requiere un serio esfuerzo para intentar mantenerse al margen de dicho consenso (y con escasas posibilidades de conseguirlo)…

Según Abebe, “Una de las muestras evidentes de este consenso colectivo y festivo, es el repentino y contagioso florecimiento de las buenas maneras, los buenos deseos compartidos, o el espíritu abierto, tolerante y dialogante, sin aparentes exclusiones ni fronteras”…

“Hay que reconocer que aún no se tiene muy claro si todo este amable y bondadoso florecimiento colectivo, responde a algún tipo de utopía, resguardada y oculta en el subconsciente de nuestra especie humanoide… o si se trata de una forma reivindicativa de alguna reclamación colectiva y reprimida desde los albores de nuestra existencia como tal especie…”, explica el antropólogo Abebe…

El carácter excepcional y definitivamente ecléctico que define todo este período de celebraciones navideñas aporta, sin duda, elementos a destacar y valorar… la fusión, el mestizaje o la tolerancia abierta y sin exigencias ni complejos… algo que libera y acerca no sólo a grupos sociales distintos y distantes, sino que también puede contribuir y contribuye a la liberación del individuo respecto al resto de la sociedad, potenciando el acercamiento mutuo entre semejantes sin más intermediario que la propia celebración festiva…

“Claro que hay que tener presente, matiza el experto Akome, que dicho eclecticismo también posibilita y facilita la presencia de todo tipo de elementos ávidos y dispuestos a aprovechar y rentabilizar (poco o nada desinteresadamente), estas excepcionales circunstancias de buenas y crédulas disposiciones, ya sean individuales y/o colectivas”…

Así de clarito nos lo explica Akome Abebe, “De todos es conocido aquella sentencia de a río revuelto, ganancia de pescadores… Y no hay mejor río revuelto que unas celebraciones navideñas, como así lo demuestra aquel ejemplar y representativo villancico que nos advierte y pone ante la evidencia de que nunca como en estas fechas, beben los peces en el río, pero mira cómo beben y beben y vuelven a bebé ”…

A partir de cuanto llevamos expuesto, una conclusión clara parece otearse en el horizonte:
¡No parece nada fácil aclararse entre tanto barullo festivo y celebrativo!...
¡Y menos aún, salir indemne del mismo!...
( “Ni falta que hace”, señala, cómo no, nuestro antropólogo Akome Abebe )…
¡Salvo, claro está, que seas un superhéroe, como SúperBES!
(algo que queda bien demostrado en las imágenes cedidas, amablemente, por el susodicho)…


(Continuará)

Importante: se advierte que las escenas y hechos relatados han sido protagonizados por todo un superhéroe… No intenten reproducirlos en casa, por su cuenta, solos ni acompañados… ¡podrían ser altamente riesgosas para su salud física o mental!... (por el mismo motivo, dichas imágenes no deben utilizarse ni reproducirse, sin el conocimiento ni la autorización de su protagonista).