jueves, 24 de noviembre de 2011

SUPERBES y el DEPORTE. (Capítulo 22)

2ª Parte
"El deporte no construye el carácter, sólo lo revela"
"No hay mejor sonido que el de la red, cuando el balón de básquet está cayendo"
"El fútbol no es cuestión de vida o muerte, es mucho más que eso"
...(cosas que se oyen por ahí, che)...
 
Continuando con nuestro recorrido por la amplia gama de deportes, nos encontramos con las pruebas de habilidad, puntería, tiro y tino… En ellas el pibe deportista intenta dejar claro que nada tiene que envidiar a personajes históricos como el elfo Légolas, Robin Hood, Guillermo Tell, Billy el Niño, Jesse James o Han Solo (de la guerra de las galaxias)…

Según Totieso, “Todos llevamos, dentro, un atleta tirador… No hay más que recordar nuestra infancia, en la que, quien más quien menos, todos hicimos nuestros pinitos intentando alcanzar, a pedradas, algún que otro plumífero volador… y hasta a algún que otro bípedo, humanoide y semejante”…

Nota: como puede valorarse en la imagen, estos deportes de puntería no pueden encuadrarse en los ya mencionados deportes de riesgo… En efecto, la seguridad es total y absoluta para el deportista (para los demás, quizás no tanto).

Volviendo al deporte rey, es decir el atletismo, nos encontramos con las apasionantes pruebas de saltos, donde el pibe trata de emular y superar (sin conseguirlo) las envidiables habilidades de especies tan prestigiosas como las pulgas, los saltamontes, los batracios, los conejos o los canguros…

Para Teponemo, “Estos deportes son una metáfora de la condición espiritual y trascendente de los humanoides… Llegar más lejos y más alto… alzarnos, elevarnos y rebelarnos contra nuestra condición más natural (demasiado terrícola y algo rastrera)… Eso sí (al menos por ahora), cayendo y retornando a ella (una y otra vez)… y sin poder (de momento), acabar de remontar el vuelo”…

Nota: como fácilmente puede apreciarse en la imagen, SúperBES (por su condición de superhéroe, claro está), nos lleva, a los humanoides, un cierto y relativo adelanto, en estas cuestiones.

En este complejo y profundo análisis sobre la realidad deportiva, no podían estar ausentes los llamados deportes de equipo, en los cuales prima, sobre todo, la acción conjunta y coordinada de los diferentes y múltiples pibes (más de dos) que participan y compiten con el conjunto que tienen enfrente… La exigencia del trabajo y el esfuerzo colectivo, el apoyo y la complementación de funciones diversas para la obtención de un fin común, hacen especialmente atractivos y sugerentes estos deportes…

“Claro que la cosa se enturbia un poco, explica Totieso, cuando nos detenemos a analizar dicho fin… correr con y tras un objeto, más o menos esferoide, tratando de alojarlo en algún agujero o entre varios palos… Toda una proeza que puede alcanzar cotas épicas y epopéyicas, dada la excesiva y hasta desorbitada valoración social alcanzada por muchos de estos deportes de equipo… Una valoración social que abarca todo tipo de aspectos… y entre los que destaca, cómo no, su irracional valoración económica”…

Nota: En esta pedagógica imagen, podemos ver a SúperBes (siempre atento a evitar los excesos irracionales), practicando uno de estos reconocidos y aclamados deportes… pero procurando, eso sí, no dejarse llevar por las muchas inconveniencias e incongruencias que suelen conllevar y congregar algunos de ellos, los también llamados como “deportes de masas”…

Afortunadamente, las nuevas tecnologías (y sobre todo, los medios de comunicación), han contribuido, sobremanera, a la popularización de los deportes en general (y de algunos de ellos, muy en particular), potenciando y animando su disfrute y su práctica…

A partir de su amplia y generosa experiencia, Totieso nos confirma que “Aunque aún persisten las formas clásicas y ya establecidas, el avance tecnológico nos permite una mayor personalización de las mismas… Hoy día, cualquiera (y hasta en la misma casa), puede adaptar todo este conjunto de prácticas deportivas a sus gustos, necesidades y condiciones particulares (físicas y/o espirituales)… Una adaptación que, sin duda, nos permite disfrutar y beneficiarnos de las indudables virtudes y ventajas que nos aportan las mismas”…

Nota: Como acreditado súperdeportista, Súperbés también participa, muy activamente, en estas nuevas modalidades deportivas que ofertan las nuevas tecnologías.

“Así que no esperes más, concluye Totieso, anímate y apúntate, hoy mismo, a cualquiera de los prestigiosos gimnasios -TePonemo Tokacha- … ¡Los resultados están plenamente garantizados!... (y si no conseguís los resultados esperados, también nos quedamos con tu dinero, che)”…

(Continuará)

Importante: se advierte que las escenas y hechos relatados han sido protagonizados por todo un superhéroe… No intenten reproducirlos en casa, por su cuenta, solos ni acompañados… ¡podrían ser altamente riesgosas para su salud física o mental!... (por el mismo motivo, dichas imágenes no deben utilizarse ni reproducirse, sin el conocimiento ni la autorización de su protagonista).

viernes, 11 de noviembre de 2011

SUPERBES y el DEPORTE. (Capítulo 21)

1ª Parte
Según las enciclopedias humanoides, podría definirse el deporte como un conjunto de prácticas y ejercicios físicos, sometidos a determinadas reglas y normas, y cuyo objetivo sería subrayar y potenciar diversos valores, como el bienestar y la salud, el entretenimiento, la habilidad, el reto o la competición…

Según estos elementos de partida, cualquier práctica más o menos reglada que conllevase un cierto esfuerzo físico, podría fácilmente alcanzar la consideración de deporte… desde fregar platos, barrer o pasar la fregona, hasta servir copas en un bar un viernes por la noche…
No obstante, tanta dispersión subjetiva no suele ser algo que nuestras sociedades estén muy dispuestas a tolerar… Por ello, y a lo largo de la historia, cada sociedad ha ido decantando y estableciendo (en base a criterios poco ortodoxos, todo hay que decirlo), qué y cuáles son los deportes a tener en cuenta y en consideración…

El prestigioso preparador físico Teponemo Totieso, en su libro Mens sana in corpore hodido, afirma: “En la actualidad (y desde hace mucho tiempo), la competición y el reto son los dos factores que pesan, sobremanera, a la hora de establecer la categoría y cualidad de un deporte… y como consecuencia, su más que posible rentabilización (sobre todo económica)”…

Con la inestimable ayuda de Totieso, y la colaboración de un superdeportista de élite y lujo como SúperBES, vamos a realizar un exhaustivo (y exhausto) recorrido por los deportes más reconocidos y valorados en la actualidad, dejando a cada cual, cómo no, que saque sus propias consecuencias…

Iniciemos este recorrido por el atletismo y las pruebas de velocidad, fijándonos en su llamada prueba reina, donde un pibe, a poco que se lo proponga, es capaz de recorrer la increíble distancia de 100 metros, en el increíble tiempo de 10 segundos…

“Teniendo en cuenta que una vivienda media puede tener, como mucho, 10 metros de largo (o de ancho), explica Totieso, mediante una sencilla regla de tres, puede concluirse que el pibe tardaría 1 segundo en ir de una punta de la vivienda, a la otra… Es decir que, en un minuto, podría recorrer 60 veces la susodicha vivienda… Si al susodicho pibe, en su deportivo esfuerzo, le dotásemos de una escoba o una fregona, en un par de minutos dejaría la casa como los chorros del oro… A eso se le llamaría rentabilización del esfuerzo (y lo demás es cuento)...”

Nota: a un superhéroe como SúperBES, los 100 metros se le quedan algo corto… por ello, como puede apreciarse en la imagen, él prefiere participar en los 500 km lisos (o encurveteados).

A continuación, pasemos a las pruebas de halterofilia o levantamiento de peso, donde el pibe, totalmente cachas, puede levantar, sin descuajaringarse, un centenar de kilos…

“Salvo en el caso de que el pibe se dedique profesionalmente a las mudanzas, poco puede decirse sobre la utilidad o rentabilidad de semejante alarde o prodigio, explica Teponemo… Se considera que este deporte es un claro vestigio heredado, una exaltación metafórica y romántica de aquellos tiempos en los que aún no se había inventado ni tan siquiera la rueda cuadrada… y todo había que cargarlo a las espaldas, claro...”

Nota: como puede observarse en el detalle de la imagen, SúperBes, respetuoso con las costumbres humanoides, a la hora de practicar este apasionante y vetusto deporte (siempre en modalidad de arrancada y con una mano), sólo modifica, un poco, el peso a levantar.

En nuestro exhaustivo repaso, no pueden faltar los llamados deportes de riesgo… En ellos, más que poner en juego facultades y habilidades, sobre todo lo que se pone en juego es el propio pellejo (o el del que tienes al lado)… Por tanto, el factor predominante y definitorio de estos deportes es el reto individual, con uno mismo o con algún ente metafórico y/o metafísico…

Según Totieso, “Aún no se tiene muy claro la motivación profunda y diversa que puede llevar a un pibe a la práctica de muchos de estos deportes… Se sospecha que algo tiene que ver el subidón de adrenalina originado durante el mismo, y el consiguiente e inmediato colocón experimentado por dicho pibe…”


“En principio, estas características de los deportes de riesgo, pudieran parecer contradictorias con algunos de los elementos que definen el deporte, como la salud, el bienestar, el entretenimiento… Y, en efecto (y por más vueltas que le demos), lo son, señala Teponemo, pero hemos de recordar que las contradicciones forman parte esencial e indisoluble de la especie humanoide… y el deporte de riesgo es una actividad, como otras muchas, que lo ponen de manifiesto…”

Nota: como puede constatarse en estas espeluznantes imágenes, hasta un superhéroe como SúperBES puede encontrarse en serias y graves dificultades durante la arriesgada práctica de estos deportes arriesgados.

(Continuará)
 
Importante: se advierte que las escenas y hechos relatados han sido protagonizados por todo un superhéroe… No intenten reproducirlos en casa, por su cuenta, solos ni acompañados… ¡podrían ser altamente riesgosas para su salud física o mental!... (por el mismo motivo, dichas imágenes no deben utilizarse ni reproducirse, sin el conocimiento ni la autorización de su protagonista).

viernes, 4 de noviembre de 2011

DEBATES... y dudas

Reconozco que, desde muy joven, participé en todo tipo de debates, y sobre todo tipo de asuntos habidos y por haber (hay muchos que piensan, no sé bien por qué, que los debates sólo afectan a cuestiones políticas y por tanto son cosa de los políticos)

Eran otros tiempos, distintos, pero creo que ni más fáciles ni más difíciles para promover debates, organizarlos o simplemente participar en ellos… como parte activa o como simple espectador interesado y convencido de la necesidad y utilidad de los mismos…

Desde entonces ha llovido mucho y podría decirse que mi experiencia ha sido larga y muy variada…
Creo que aprendí mucho “a través de ellos”, que no es lo mismo que decir “gracias a ellos”… Aprender no sólo hace referencia a lo positivo, también a lo que no lo es tanto, e incluso a aquello que es manifiestamente negativo…


Creo que soy sincero al reconocer que no recuerdo ni guardo constancia de ni un solo debate que determinara o cambiara, en lo más mínimo y por sí sólo, la forma de pensar, actuar o vivir de ninguna persona (incluyendome a mí mismo, por supuesto)…

Quizás sea porque pronto empecé a entender y concebir el debate sólo como una posibilidad más de escuchar, expresar, compartir y enriquecerse… Todo lo demás creo que poco o nada tiene que ver con el debate en sí mismo, y sí mucho con lo que cada cual decide hacer con cada una de las muchas posibilidades que se le van presentando cada día y a cada instante…

Es lógico, por tanto, que, aún hoy día, me siga sorprendiendo la numerosa lista de términos que suelen acompañar y cualificar la inmensa mayoría de los debates… “oponente, adversario, enemigo, vencedores, perdedores”… Términos más propios y cercanos a un combate que a un debate… Términos que hasta son inmediatamente cuantificados y convenientemente subrayados como elementos de partida y como resultados, antes, durante y después del correspondiente debate de turno (dichosa estadística y benditos medios de comunicación)…


Igual es que muchos consideran que, en efecto, un debate no es más que un combate más o menos ¿civilizado?… Y en ese contexto, ya me sorprende mucho menos la más que amplia variedad de todo tipo de recursos, manipulaciones, insultos y agresiones, destinados a la aniquilación del supuesto enemigo… y para conseguir, así, la supuesta y ansiada victoria (no se sabe bien en qué o sobre quién)...


Y lo que ya no me sorprende nada son esos supuestos debates en los que se procura congregar a quienes piensan y sienten de la misma manera, excluyendo, por cualquier medio, a quienes piensan y sienten de manera diferente… No me sorprende porque, curiosa y contradictoriamente, ese tipo de supuestos debates son el mejor y más evidente ejemplo de que un debate no aspira a cambiar nada… Es más, en estos casos sólo aspiran a servir como exultante autoafirmación sorda, ciega y cuasi fanática…

No es que, con el paso del tiempo, haya renunciado a aquella joven convicción de la necesidad y la utilidad del debate… Creo que tan sólo se ha ido transformando mi concepción sobre los mismos, haciéndose más sencilla y con menos aspiraciones… Una concepción más próxima a la charla con un amigo, compartiendo un café o una copa… Una charla de la que, tras la despedida, uno sólo guarda la inmediata sensación de haber disfrutado (por el motivo que sea) y no haber perdido el tiempo… Una charla que, al día siguiente, muy probablemente ya habremos olvidado… Una charla que, sólo al cabo de los años (y de forma difusa y poco  clara), uno sabe que puede encontrar en el atiborrado cajón donde vamos guardando (un tanto indiscrimadamente) todo aquello que, alguna vez, pudo contribuir (sabe dios de qué manera) en nuestra forma de sentir, de pensar, de ser…


A mediados del siglo pasado, cuando las democracias formales aún daban sus primeros pasos, y las reivindicaciones y conquistas de las “Libertades De” comenzaban un complejo y largo proceso (en el que aún nos encontramos), ya hubo quienes señalaban la necesidad de plantearse un proceso posterior mucho más complejo todavía, el de las “Libertades Para”…

No tengo claro yo, en qué momento andamos actualmente… Ni tampoco tengo claro si es momento de exigirnos algo más… No tengo claro, por ejemplo, si es suficiente, por el momento, concebir el debate, sólo como soporte de la Libertad De expresión, para que cada cual pueda decir todo aquello que estime oportuno (igual con eso ya nos aviamos)… O si sería conveniente empezar a esperar del debate, algo más… Aunque sólo fuera atender y preocuparnos, también, por los objetivos (y la utilidad) de aquello que decimos (o callamos)… y por la utilidad (y los objetivos) de lo que puedan decir (o callar) los demás…


No. no lo tengo claro… igual, todavía es demasiado pronto…
y habrá que seguir esperando un poco más…