2ª Parte
Todos los mecanismos de socialización generan ventajas e inconvenientes, soluciones y problemas al individuo que participa de ellos y que, a través de ellos, se integra en grupos y colectivos de otros individuos…
Uno de las ventajas y/o inconvenientes fundamentales, es la gestión de dichos colectivos, sus prioridades, sus objetivos, sus valores, su funcionamiento… Según sea el papel o protagonismo que dicho individuo juega (o puede jugar) en dicha gestión, el tipo de socialización resultante puede ser muy diferente…
Según el experto estadista Tekoloko Lashapita, “la patria es uno de esos mecanismos de socialización en los que el individuo integrante parece tener un papel poco relevante en su gestión… Su participación podría definirse más como una adhesión, a veces voluntaria y con frecuencia exigida… Esta peculiaridad, por un lado resulta mucho más “cómoda” para dicho individuo, pero por otro, puede conllevar importantes riesgos”…
La lógica y natural aspiración del individuo, a una identidad propia, conlleva siempre un énfasis en la diferencia del otro y con el otro…El enfoque y la utilización de dichas diferencias son múltiples y diversas… desde el intercambio y el enriquecimiento mutuo que aportan (o puede aportar) dichas diferencias, hasta la competencia, la rivalidad, el recelo o el rechazo de cuanto se supone o se establece como diferente…
Según Tekeloko, “La gestión delegada (por parte del individuo), o impuesta (por parte de unos pocos), que suele caracterizar el fenómeno patriótico, facilita enormemente la utilización de estas aspiraciones identitarias del individuo… Por tanto, no resulta extraño que, a lo largo de la historia, este fenómeno patriótico haya sido utilizado como uno de los más firmes baluartes de todo tipo de aislamientos, fronteras, exclusiones y marginaciones”…
“Es más, continua Tekoloko, pasar del rechazo y la rivalidad, al enfrentamiento y/o agresión (mutua o unilateral), más que posible, en el fenómeno patriótico, casi podría decirse que resultase una consecuencia lógica y esperable (por no decir inevitable)… Tanto es así que, afortunadamente, la propia realidad patriótica, a veces, se siente en la ¿responsabilidad? de arbitrar recursos que suavicen y alivien la más que evidente tensión que ella misma genera”…
La lógica y natural aspiración del individuo, a una identidad propia, conlleva siempre un énfasis en la diferencia del otro y con el otro…El enfoque y la utilización de dichas diferencias son múltiples y diversas… desde el intercambio y el enriquecimiento mutuo que aportan (o puede aportar) dichas diferencias, hasta la competencia, la rivalidad, el recelo o el rechazo de cuanto se supone o se establece como diferente…
Según Tekeloko, “La gestión delegada (por parte del individuo), o impuesta (por parte de unos pocos), que suele caracterizar el fenómeno patriótico, facilita enormemente la utilización de estas aspiraciones identitarias del individuo… Por tanto, no resulta extraño que, a lo largo de la historia, este fenómeno patriótico haya sido utilizado como uno de los más firmes baluartes de todo tipo de aislamientos, fronteras, exclusiones y marginaciones”…
“Es más, continua Tekoloko, pasar del rechazo y la rivalidad, al enfrentamiento y/o agresión (mutua o unilateral), más que posible, en el fenómeno patriótico, casi podría decirse que resultase una consecuencia lógica y esperable (por no decir inevitable)… Tanto es así que, afortunadamente, la propia realidad patriótica, a veces, se siente en la ¿responsabilidad? de arbitrar recursos que suavicen y alivien la más que evidente tensión que ella misma genera”…
Las múltiples contradicciones que existen en el fenómeno patriótico, quizás puedan observarse, también, en cualquier otro mecanismo de socialización… Quizás el problema no esté tanto en la existencia de dichos mecanismos que, evidentemente, son necesarios e imprescindibles para el individuo, sino en el tipo de mecanismos colectivos que somos capaces de crear, mantener y alimentar… El protagonismo que tiene el individuo en la gestión de dichos mecanismos podría ser un elemento básico para valorar la validez de los mismos… La simple adhesión (heredada o impuesta), no parece que sea, siempre, suficiente... a veces, quizás no sea ni tan siquiera deseable…
En su epílogo, el tratadista Tekoloko, finaliza diciendo: “A fin de cuentas, la patria, como cualquier otro atributo del individuo, al igual que “nace” y “se hace” con dicho individuo, también “muere y desaparece” con él”…
(Continuará)
Importante: se advierte que las escenas y hechos relatados han sido protagonizados por todo un superhéroe… No intenten reproducirlos en casa, por su cuenta, solos ni acompañados… ¡podrían ser altamente riesgosas para su salud física o mental!... (por el mismo motivo, dichas imágenes no deben utilizarse ni reproducirse, sin el conocimiento ni la autorización de su protagonista).