viernes, 4 de noviembre de 2011

DEBATES... y dudas

Reconozco que, desde muy joven, participé en todo tipo de debates, y sobre todo tipo de asuntos habidos y por haber (hay muchos que piensan, no sé bien por qué, que los debates sólo afectan a cuestiones políticas y por tanto son cosa de los políticos)

Eran otros tiempos, distintos, pero creo que ni más fáciles ni más difíciles para promover debates, organizarlos o simplemente participar en ellos… como parte activa o como simple espectador interesado y convencido de la necesidad y utilidad de los mismos…

Desde entonces ha llovido mucho y podría decirse que mi experiencia ha sido larga y muy variada…
Creo que aprendí mucho “a través de ellos”, que no es lo mismo que decir “gracias a ellos”… Aprender no sólo hace referencia a lo positivo, también a lo que no lo es tanto, e incluso a aquello que es manifiestamente negativo…


Creo que soy sincero al reconocer que no recuerdo ni guardo constancia de ni un solo debate que determinara o cambiara, en lo más mínimo y por sí sólo, la forma de pensar, actuar o vivir de ninguna persona (incluyendome a mí mismo, por supuesto)…

Quizás sea porque pronto empecé a entender y concebir el debate sólo como una posibilidad más de escuchar, expresar, compartir y enriquecerse… Todo lo demás creo que poco o nada tiene que ver con el debate en sí mismo, y sí mucho con lo que cada cual decide hacer con cada una de las muchas posibilidades que se le van presentando cada día y a cada instante…

Es lógico, por tanto, que, aún hoy día, me siga sorprendiendo la numerosa lista de términos que suelen acompañar y cualificar la inmensa mayoría de los debates… “oponente, adversario, enemigo, vencedores, perdedores”… Términos más propios y cercanos a un combate que a un debate… Términos que hasta son inmediatamente cuantificados y convenientemente subrayados como elementos de partida y como resultados, antes, durante y después del correspondiente debate de turno (dichosa estadística y benditos medios de comunicación)…


Igual es que muchos consideran que, en efecto, un debate no es más que un combate más o menos ¿civilizado?… Y en ese contexto, ya me sorprende mucho menos la más que amplia variedad de todo tipo de recursos, manipulaciones, insultos y agresiones, destinados a la aniquilación del supuesto enemigo… y para conseguir, así, la supuesta y ansiada victoria (no se sabe bien en qué o sobre quién)...


Y lo que ya no me sorprende nada son esos supuestos debates en los que se procura congregar a quienes piensan y sienten de la misma manera, excluyendo, por cualquier medio, a quienes piensan y sienten de manera diferente… No me sorprende porque, curiosa y contradictoriamente, ese tipo de supuestos debates son el mejor y más evidente ejemplo de que un debate no aspira a cambiar nada… Es más, en estos casos sólo aspiran a servir como exultante autoafirmación sorda, ciega y cuasi fanática…

No es que, con el paso del tiempo, haya renunciado a aquella joven convicción de la necesidad y la utilidad del debate… Creo que tan sólo se ha ido transformando mi concepción sobre los mismos, haciéndose más sencilla y con menos aspiraciones… Una concepción más próxima a la charla con un amigo, compartiendo un café o una copa… Una charla de la que, tras la despedida, uno sólo guarda la inmediata sensación de haber disfrutado (por el motivo que sea) y no haber perdido el tiempo… Una charla que, al día siguiente, muy probablemente ya habremos olvidado… Una charla que, sólo al cabo de los años (y de forma difusa y poco  clara), uno sabe que puede encontrar en el atiborrado cajón donde vamos guardando (un tanto indiscrimadamente) todo aquello que, alguna vez, pudo contribuir (sabe dios de qué manera) en nuestra forma de sentir, de pensar, de ser…


A mediados del siglo pasado, cuando las democracias formales aún daban sus primeros pasos, y las reivindicaciones y conquistas de las “Libertades De” comenzaban un complejo y largo proceso (en el que aún nos encontramos), ya hubo quienes señalaban la necesidad de plantearse un proceso posterior mucho más complejo todavía, el de las “Libertades Para”…

No tengo claro yo, en qué momento andamos actualmente… Ni tampoco tengo claro si es momento de exigirnos algo más… No tengo claro, por ejemplo, si es suficiente, por el momento, concebir el debate, sólo como soporte de la Libertad De expresión, para que cada cual pueda decir todo aquello que estime oportuno (igual con eso ya nos aviamos)… O si sería conveniente empezar a esperar del debate, algo más… Aunque sólo fuera atender y preocuparnos, también, por los objetivos (y la utilidad) de aquello que decimos (o callamos)… y por la utilidad (y los objetivos) de lo que puedan decir (o callar) los demás…


No. no lo tengo claro… igual, todavía es demasiado pronto…
y habrá que seguir esperando un poco más…

4 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau :

Hola Javier!
Casualmente ayer tuve oportunidad de ver una película que tienen mucho que ver con lo que contás. Es nueva, argentina y se llama "El estudiante". Si bien me resultó un poco aburrida de digerir, destaco que ha sido muy bien retratado el mundo de la política universitaria que -por lo menos- se ve por aquí. En ese ámbito donde la politica partidaria va instalando uno de sus primeros eslabones, se ve la forma en que los debates y proclamas de cada agrupación, en definitiva dejan de lado el contenido de las propuestas para centrarse en las estrategias de ganarle al oponente, no tanto ya por discrepar en algo concreto, sino, simplemente para contrariar su existencia. En ese sentido, ganar o perder "poder" pasa a ser el centro de la preocupación de los militantes, más allá de preocuparse por los problemas concretos o las mejoras a las que legítimamente puede aspirar el estudiantado. En ese sentido creo que la falta de interés por conciliar posturas y escuchar otro punto de vista brilla por su ausencia en la mayor parte de los oradores en este tipo de ámbito con bandería política definida. Distinto sería si, en cambio, se tuviera como objetivo sano del debatir el intercambio de ideas y la posibilidad de conciliar intereses. Se avanzaría mucho en el plano de la sana convivencia.

Un abrazo!

Javier D :

Hola Mónica,

acá tenemos elecciones generales el próximo dia 20N.. Ayer por la noche tuvo lugar el que creo que va a ser único debate entre los dos candidatos de los dos partidos que aspiran a formar el nuevo gobierno.. Puedes imaginarte la parafernalia mediática organizada en torno al mismo, tanto antes, como durante y después del mismo… Fue organizado por una cadena privada, pero retransmitido en todas las demás, así como en emisoras de radio y recogido, posteriormente, en el resto de medios de comunicación… Tras finalizar dicho debate, las cámaras siguieron a ambos participantes hasta sus respectivas sedes, donde les aguardaban todo un recibimiento glorioso.. vamo parecía que fuera la propia noche electoral y hubieran sido los “ganadores” de las mismas…
El posterior seguimiento, ya hoy día, aún está siendo más “sorprendente y espectacular”… Afortunadamente, tambien ha hay voces que colocan dicho debate en una más ajustada realidad, creo, afirmando que dicho debate transcurrió por los caminos ya esperados, sin apenas aportar propuestas, novedades o anuncio alguno.. y que, por tanto, poco o nada va a influir en el desarrollo y resultado de las próximas elecciones…

Bué, tal vez sólo sea otro ejemplo del tipo de debates que, de momento, demandamos, esperamos y con el que nos conformamos… Y no sólo me refiero, con ello, a la “cosa” más o menos política y mediática… También creo que es a lo que estamos más acostumbrados en el resto de cuestiones y actividades de nuestra vida… quizás sea por eso que, con frecuencia, ni nos damos cuenta de que el debate, como vos señalás, forma parte de nuestras muchas posibilidades de compartir, intercambiar, conciliar y construir realidades diferentes…

Un abrazo

Anny :

Hola Javvy y Moniqué, les cuento que acá en mi Chapinlandia hace aprox dos meses se llevo a cabo el último debate entre los dos presidenciables que iban a una segunda vuelta, les juro que en lugar de darme rabia, como otras veces, me he reido hasta la saciedad, una ensarta de payasadas por parte ambos, uno un cínico fabuloso, el otro un militar cuadrado, uno diciendole amnesico al otro y el otro en su afan de no quedarse atras quizo hacer una retórica y seguramente en su desconocimiento de la famosa palabrita le dijo al otro annesico, jaja, en verdad, no propusieron nada, no planearon acciones concretas y creibles, como bien dice el Javvy se dedicaron a sacarse los trapitos al sol, a decirse hasta de qué se iban a morir, en fin, se quedaron cortos en eso de seguirlos a sus respectivas sedes, pero honestamente creo que al terminar el famoso debate, se fueron a comer juntos, palabrita que si.
Yo comparto esos debates de los que habla el javvy, esas simples y no acaloradas charlas entre amigos, en las que se exponen las posiciones sin estarse atacando pero si atascando de la risa.
Un cafecito?
Un beso a ambos
Anny

Javier D :

Hola Anny,
sip, desafortunadamente, parece que esta modalidad de debate político, sobre todo en tiempo de elecciones, cada vez se va extendiendo y pareciendo más, en cualquier sitio y lugar.. Algo debe de tener que ver en ello, esta globalización poco crítica y exigente en la que vivimos..

Bué, que conste que yo, personalmente, también he vivido comidas, con gente cercana (o incluso familiar), que no envidiarían nada a uno de esos debates políticos, ¿eh?.. ejejejj..

Besotes.. y a pesar de todo, nos arriesgaremos a compartir ese cafecito, che.. :))