lunes, 12 de julio de 2010

AFECTOS Y SENTIMIENTOS

Nuestra vida está llena de contradicciones… O quizás sería más acertado decir que la vida es, en sí misma, una absoluta contradicción. Basta echar un vistazo a los múltiples recursos que los seres humanos utilizamos para tratar de obviar, ignorar u ocultar dicha realidad: ritos, tradiciones, culturas, creencias, ideologías, códigos morales, conductas grupales, leyes, estructuras sociales, seguridades de todo tipo…

Siempre me he sentido interesado y atraído por esta condición contradictoria, de la vida, y del ser humano… A veces, y según sean las circunstancias, sentimos la tentación de inclinar la balanza de la justificación de esta realidad contradictoria, hacia uno u otro lado de dicha balanza… Personalmente, me inclino más por creer en aquello que los filósofos marxistas llamaban “relación dialéctica” entre dichas realidades, complejas y contradictorias.


Uno de los ejemplos, al menos para mí, más evidentes e interesantes de nuestra condición contradictoria, la constituyen nuestros afectos y sentimientos… Casi siempre incontrolados e incontrolables, irracionales e irracionables, inesperados e inesperables, inimaginados e inimaginables, imprevisibles, insospechados… campean y transitan por nuestra vida (o nuestras vidas transitan por ellos), convirtiéndolas en escenarios contradictorios difíciles de compaginar: escenarios celestiales o infernales, de sueños o de pesadillas, fantásticos o de terror, alegres o invadidos por la tristeza, de vivos colores o sólo grises (cuando no absolutamente negros)…


A veces somos nosotros quienes tenemos a los sentimientos… con frecuencia, son ellos quienes nos tienen a nosotros..

A veces somos nosotros quienes establecemos qué queremos sentir, cuándo, cómo y hacia qué o quién dirigir lo que sentimos… con frecuencia son nuestros sentimientos quienes destrozan nuestras voluntades y hacen saltar por el aire todas nuestras previsiones…

Pero sobre todo, la contradicción más importante quizás sea que los afectos y sentimientos ponen constantemente a prueba, y en entredicho, una de nuestras grandes aspiraciones individuales y colectivas: nuestra LIBERTAD…

…El anhelo y la necesidad de TENERLOS
…La frustración y la ansiedad por no ENCONTRARLOS
…El miedo a PERDERLOS
…El dolor y el sufrimiento de haberlos PERDIDO

Todo ello quizás haya convertido a los afectos y los sentimientos en el obstáculo propio, y el recurso ajeno, más utilizado y explotado, contra nuestra libertad personal.. y nuestra libertad colectiva:
 
Resulta difícil concebir (o imaginar) una VIDA, sin AFECTOS ni SENTIMIENTOS…
Resulta difícil concebir (o conciliar) una LIBERTAD, con esos mismos AFECTOS y SENTIMIENTOS…

Quizás sea, ésta, una de las razones por las cuales, me cuesta creer en la LIBERTAD del ser humano… me inclino a creer, sólo, en las (pequeñas o grandes) libertades que somos capaces de conquistar y arañar a la vida… con frecuencia, a pesar de los afectos y sentimientos, propios y/o ajenos… y, a veces, a costa de ellos.

5 comentarios:

Anónimo :

¡¡¡¡¡¡¡PUDIIIIIIIIIMOOOOOOOOOOSSSSSSSSSSSS!!!!!!!
BESOS para que no te falten,
con pintamorros rojo, jajajaj, claro!!

Anny :

Vaya entrada Javvy, por qué no me la pasaste, me hubieras dado copia, no que allí ando yo escribiendo paralelamente a ti, enredada, habrase visto!!!

Una total complejidad los famosos sentimientos, queriendo poseerlos siempre y cuando podamos manejarlos y luchando por deshacernos de ellos cuando sentimos que nos estan controlando, ay no....porqué no lo titulaste como a la obligaciones? P.....os sentimientos.
Un beso
Ganaaaaaaaaaamossssss, olé, olé. olé, oleeeee, olee, oleee

Neogeminis Mónica Frau :

Comparto. En la vida es casi imposible que uno no se enlace sentimentalmente con la vida de otros, uno no nace de un repollo ni crece en el vacío aséptico. Nos quieren, queremos, nos engañan, nos desengañamos...vamos por la vida dando y recibiendo y por lo tanto no somos absolutamente libres...por fortuna

Un abrazo

TERE :

Hola, no acabo de entender ese antagonismo entre sentir y libertad...de acuerdo que cualquier dependencia condiciona...y que los lazos afectivos a veces aprietan demasiado...sin embargo me gusta ser libre para sentir lo que me de la gana, aunque duela.. y prefiero enfrentarme a mis sentimientos que volverme insensible...
En alguna ocasión en la que no pude confiar en mi pensar me deje llevar por mi sentir, ahora los utilizo al unísono..
Besos

Cris :

Es cierto. Los sentimientos condicionan la libertad. Pero la realidad es, que la libertad condiciona a los sentimientos...a los afectos que tenemos por las personas y por algunas cosas. Nacemos libres para elegir, amar u odiar. Despúes que elegimos (o nos eligen). La libertad vuelve a ser libre en nosotros, para volver a elegir dejando ser libre ( o no ) a los afectos de los demás. Así de contradicctorios somos! Menos mal que buscamos ser felices...!

Un abrazo
Cristina