lunes, 5 de julio de 2010

PUTAS OBLIGACIONES

Era temprano… las 8 de la mañana de un sábado cualquiera. Juan Luis disfrutaba (medio adormilado, medio despierto), de aquellas horas ganadas (o perdidas) de cada fin de semana. En el acogedor calorcillo que le proporcionaba su magnífico edredón nórdico, y mientras tonteaba (sin darse cuenta) con sus madrugadores genitales, Juan Luis se dejaba llevar, no se sabe si por reflexiones o por sueños que paseaban despistados por su nada despierta cabeza. Le encantaban aquellos momentos matutinos y sabatinos, donde la ausencia de prisas y obligaciones auguraban una dicha y una felicidad completa… !hacer sólo lo que le apetece a uno y no lo que continuamente te exigen las circunstancias y los demás!..

Un suave e ininteligible murmullo y unos breves pero insistentes ladridos (el primero, de su esposa que dormitaba a su lado, y los segundos de su perro que correteaba desde hacía rato por el pequeño jardín), le recordaron que pronto tendría que abandonar su acogedora cama… nada urgente ni importante, simplemente una antigua tarea que había asumido gustosamente desde hacía tiempo: sacaba a pasear a su perro Bobi (en realidad era el perro de sus hijos), para que éste pudiera abonar algún jardín público, con algún “recuerdo personal y matutino”. Juan Luis aprovechaba aquel paseo, tranquilo y de calles vacías, para acercarse hasta la pequeña zona comercial de su barrio, donde compraba, en la única tienda abierta a aquellas horas, pan, leche y un contundente paquete de churros.

A su vuelta, su querida mujer le esperaría levantada, trasteando y recogiendo alguna cosa olvidada la noche anterior en la cocina… Juntos se repartían la siguiente tarea: preparar el desayuno y despertar y levantar a sus dos hijos, Laura y Rubén (de 7 y 9 años respectivamente)… !Y es que disfrutaban desayunando juntos, sin prisas ni agobios de ningún tipo!… Al acabar el desayuno, y tras recoger un poco la mesa, Juan Luis, como todos los sábados, llevaría a sus hijos hasta el polideportivo más cercano de la zona: Rubén entrenaba y jugaba al futbito, y Laura daba clases de gimnasia rítmica… Muchos padres lo considerarían innecesario, pero tanto Juan Luis como su esposa, estaban convencidos de que el ejercicio físico era fundamental para el desarrollo equilibrado de sus hijos.
A su regreso, Juan Luis y su mujer emprenderían, como todos los sábados, una apasionante tarea: una rápida y veloz puesta a punto de su maravilloso hogar. Cierto que tenían una empleada que venía dos días a la semana…. pero un hogar es algo muy personal, y siempre encontraban tareas y rincones por retocar… !de esa manera sentían que lo hacían más y más suyo!.
A eso de las 12 y pico, como todos los sábados, saldrían pitando para recoger a sus hijos y realizar juntos las hipercompras semanales en el hipermercado de costumbre… A la vuelta harían una breve parada en el bar donde solían ver y saludar a algún que otro vecino…

Ya de nuevo en casa, y tras descargar, ordenar y guardar las compras, comenzarían a preparar el almuerzo… Sin las habituales prisas ni agobios cotidianos, acabarían de recoger la mesa pasadas las las 16.00 h… Dormitarían frente al televisor durante una hora escasa, porque Juan Luis se había comprometido (hacía años) a mantenerse mínimamente en forma, y acudía cada tarde de cada sábado a machacarse el cuerpo al gimnasio. Su mujer aprovechaba para realizar actividades en la parroquia del barrio… y los hijos solían dejarlos, durante ese par de horas, en casa de alguno de sus pacientes padres… bueno salvo que, como aquel sábado, tuvieran que llevarlos a la fiesta de cumpleaños de algún amigo colegial.

A eso de las 20.30 h retornarían a su hogar, tras recoger a sus hijos del dichoso cumpleaños… A partir de ahí, Juan Luis y su esposa, se prepararían para, como todos los sábados, ir a cenar con varias parejas de amigos íntimos… era una costumbre lejana, heredada y mantenida de aquellos tiempos en que eran “jóvenes y libres” y salían de marcha hasta altísimas horas de la madrugada del día siguiente… Años después, casados o emparejados, con críos más o menos pequeños, y con bastante más edad a sus espaldas, aquella cita era una reunión de 3 o 4 parejas, en casa de alguna de ellas, y donde cada uno aportaba algo de comida, bebida o incluso tropa infantil, para repartir y ahorrar trabajo a los anfitriones de turno…
..!afortunadamente aquel sábado no les tocaba a ellos!, pensó Juan Luis. Aquellas cenas no solían prolongarse más allá de las 0.30 de la madrugada… y poco pasada la 1.00 del incipiente domingo, Juan Luis estaría como ahora y en el mismo sitio que ahora: en su cama, cobijado por su magnífico edredón nórdico!!!…
No se sabe si fue producto del confortable bienestar momentáneo, pero Juan Luis fue invadido por una revelación inesperada: !dioos (se dijo a sí mismo), tengo más tareas y obligaciones un sábado que cualquier otro día laboral cualquiera!…!y lo más curioso es que son obligaciones que sólo yo me pongo, o que he asumido voluntariamente! (o eso creía Juan Luis en ese momento)… !y ni tan siquiera son obligaciones que me aporten ni me satisfagan mucho que digamos! (se negaba a considerar ,siquiera, que alguna, o muchas, por no decir todas, pudieran ser una puta chorrada!)… más bien eran costumbres y viejos rituales, convertidos en compromisos y normas establecidas, realizadas con la misma precisión y escasa ilusión que los putos balances mensuales que hacía en la empresa en la que trabajaba! (al menos allí le pagaban por ello)..

Bajo su acogedor edredón, Juan Luis experimentó un arrebato de soñador envalentonado:
!Quizás sería conveniente y adecuado plantearme nuevas prioridades, al menos para estos futuros días sabatinos!… !Unas tareas nuevas que me ilusionaran más y que me hicieran sentir que, al menos durante un día a la semana, el tiempo me pertenece, en lugar de pertenecer siempre yo al tiempo!… !O quizás, pensó Juan Luis, sería suficiente con eliminar alguna de las más prescindibles obligaciones actuales… y, simplemente, no ocuparla con ninguna otra… y así tener un poco de tiempo para escucharse y mirarse… y para poder, también, luego, mirar y escuchar cuanto le rodeaba!…

Fue entonces cuando Juan Luis sintió aquella primera y profunda punzada en su estómago madrugador y vacío… y sin apenas darle tiempo a reponerse, la segunda punzada, más prolongada e intensa, vino acompañada de una extraña y desagradable sensación de vértigo y mareo… por instinto animal (y a la vez educado), Juan Luis saltó de la cama y se dirigió, como un pato mareao, hasta el cercano cuarto de baño, donde se dejó caer, descalzonado, sobre la blanca taza de aquel cagadero helado… Las punzadas se convirtieron en un retortijón continuo y acelerado… y Juan Luis comenzó a apretar con todas sus fuerzas, tratando de eliminar, como fuera, aquel malestar insoportable… Pero nada salía de su revuelto vientre, ni por su agujero anal, desmesuradamente abierto como ojo de búho… Y un sudor frío y pegajoso comenzó a brotar por todos y cada uno de los poros de su debilitado cuerpo… Mientras sudaba, comenzó a sentir estremecimientos que pronto se tornaron en continuos temblores… y él continuaba, por instinto, empujando y empujando… y mientras más empujaba, más sudaba y más temblaba… En aquel estado agónico, Juan Luis estaba apunto de gritar, pidiendo misericordia y sobre todo ayuda….

No se sabe si fue alguna entidad divina, o algún remoto recuerdo o experiencia ancestral y humana la que acudió en su auxilio: ¿Y si las nuevas prioridades se convierten en nuevas obligaciones?…¿y si estas nuevas obligaciones no son tan cómodas y llevaderas como las antiguas?… ¿y si pensar en uno, o en lo que te rodea, no es nada rentable ni saludable?… ¿y si acabas complicándote la vida tan segura y confortable que llevas?… Si las putas obligaciones están ahí, ¿no estarán para algo?…¿quizás para que no tengas que pensar?… Por putas chorradas que sean ¿no será mejor dejarlas tal y como están?…

… Y como si se tratara de un conjuro milagroso, el sudor comenzó a remitir, los temblores se fueron calmando… y lo más importante, !los malditos retortijones desaparecieron como por ensalmo!…

Como un zombi recién salido de su tumba, Juan Luis alzó, de su blanco trono, su trasero bamboleante… se subió su rastrero calzón… se acercó al lavabo, donde se refrescó su pálido rostro… se mojó y atusó su escaso pelo con las manos… se dirigió a la habitación, donde se colocó su usado chándal de estar por casa… se dirigió al pequeño jardín trasero… y tras acariciar y colocarle su correa, salió a la calle con su perro Bobi… como cada mañana de cada sábado…

…Bueno, quizás, sólo una pequeña diferencia… mientras caminaba hasta el puesto de churros, Juan Luis iba como rezando, en voz bajita y para sí mismo: “Benditas putas obligaciones… benditas putas rutinas… benditas putas costumbres… bendito sea hasta el puto trabajo de cada día… !y hasta benditas sean las putas fiestas que se aproximan!… Porque sin todo ello, ¿qué coño sería de mí y de mi vida?…”

Moraleja: “…………………...................………( no se me ocurre ninguna )”…

10 comentarios:

Cris :

...A mi me pasa, eso si... sin tanta estructura rutinaria. El sábado, me anoto hacer y ser a placer!!! y termino mas cansada que un día de rutina normal...como en las vacaciones, salgo de ellas agotada de compromisos voluntarios...pero feliz. Dile al JL que le quite la rutina del super y supla a sus amigos por una cena romantica con su esposa. Y que se cuide, de su colon irritable, ahora que es mas conciente de, ser mucho más para los demás...
Un abrazo grandote a ti y a JuánLu
Cristina

TERE :

Ufffff, me ha recordado algo del pasado, pero ya está pasado jeje.A todos nos suena ese programa de festejos...yo para salir de algo asi me hice la loca jeje...y ahora prefiero no hacer nada a hacer algo por obligación, excepto el tema de ganarme el pan, que ahí no puedo poner yo las condiciones...
rutinas + obligaciones, programación de la vida..hay gente que se agobia si no tiene nada que hacer, yo no, a mi me gusta, no tener nada que hacer, que asi me puedo dedicar a pensar en mis chorrás...A MI ESO DE SER UNA PERSONA DE PROVECHO Y HACER COSAS DE PROVECHO NUNCA ME QUEDÓ CLARO, DE PROVECHO PARA QUIÉN...
JEJE Lo del Juan Luis y el tránsito intestinal es fijación jjajajaj
Javier como cunde pegar y copiar jejejej
Besos

Javier D :

Hola, Cristina y Tere,
Yo, nunca fui de asumir muchas rutinas y obligaciones.. aún así, reconozco que, por múltiples circunstancias, las tuve y las tengo.. No sé, quizás esas rutinas y obligaciones, para una gran mayoría (y hasta para las minorías), cumplan una función importante.. No tengo muy claro que podamos vivir sin ellas.. eso sí, igual, merecería la pena establecer algunas prioridades.. aunque sólo fueran unas pocas, che.
Besotes
PD: ejejejj.. sí que cunde, Tere.. ejejejjj.. ¿viste qué prolífico me volví?.. ejejejj

Unknown :

Hola Javié!
En primer lugar, bienvenido a este vecindario!!!
En cuanto al tema de tu entrada, me concidero un tipo totalmente anti-rutina... Trato , al igual que tu, de asumir solo aquello que es imposible de evitar.
Creo que el exceso de rutina y obligaciones son la causa primordial para no ser feliz.
Te dejo un fuerte abrazo!!

RoB

Neogeminis Mónica Frau :

jajajaajaa...pobre Juan Luis!...aprender a vivir sin obligaciones, sin presiones ni horarios fijos es una materia pendiente que el ser humano moderno no logra dominar. Los malos hábitos se asumen como naturales y cuesta hasta una vida cambiarlos!...
es quizás en esta frase
"eran costumbres y viejos rituales, convertidos en compromisos y normas establecidas," que tu texto se transforma en verdad revelada! jejejeje

Qué somos sin nuestros compromisos???...nos hemos transformado en simples cáscaras que no saben "ser" sin sus rutinas????

Da miedo averiguarlo!

un abrazo!!!

Javier D :

Hola, Rob,
Gracias por la bienvenida.. aún he de "acostumbrarme" a este barrio.. intentaré que dicha "costumbre", no acabe en "rutina", che..

Por ejemplo, no sé si esto es normal en Bloger.. ejejej.. pero también te saludo, Mónica.. porque, habiendo recibido y leído tu comentario, en la notificación de hotmail.. !no encuentro dicho comentario tuyo, acá, por ningún sitio!.. ejejej.. bué, nuestros inicios.. !siempre tuvieron estas cosas!, che... ejjejejejejj..

Javier D :

..ejejejejjj.. !ya apareció, tu comentario, Mónica!.. y delante del mío, che, que tampoco aparecía.. eso será que los de bloger, hoy, están algo REtardones.. !qué cosas!.. Un abrazo

centauro purpura :

Mi Juan luí jajajajaj siempre con esos ataques de pánico súbitos que lo asaltan en los momentos menos pensados.
Respecto al tema.. bueno soy de las que no hago nada que no quiera hacer y no hay obligaciones, ni presiones ni nada que consigan lograr que yo haga algo que no quiero hacer y ya.
La vida es en sí misma ya un gran trabajo che.
besuqueos y abracete padrinete.

Ciberbruja :

Uyyyyyyyy!!
obligaciones rutinarias...
¿Quién no las sufre en silencio? (jejeje, me lo pusiste a huvo con el apreton de JuanLu...jajja)
En fin que nunca estamos conformes. Si tenemos obigaciones protestamos por tenerlas, si carecemos de ellas las buscamos desesperadamente...
Vamos , lo de siempre...el ser humano jamás esta satisfecho.
Por cierto,cuentamé si viste elpps que te envié, es que hay gente que me dice que no puede abrirlo...
Ah!!
y ya de paso te dejo que me critiques,jajajaj.
Volviendo a JuanLu...
¿Pero esto de la happy family ya la tenía desde el pricipio?
¿No esperaba hace no mucho, en un día lluvioso a la mujer de sus sueños?
A ver, jeje, aclarame si es un hombre tradicional, confundido, agobiado, inconformista,egoísta,incomprendido...
Leñe!!
que al final me lio y no te dejo responder,jajaja.
Bueno...sembrando más preguntas(por cierto,que sepas que tb me gustó esa entrada)

Así que ya te dejo, con BESOS para que no te falten y tarareando a Fito:

Ya estoy aquí otra vez
en la orillita del mar
mientras me mojo los pies
he empezado a imaginar
tu si que debes saber
hay si pudieras hablar!
tienes secretos que se
nunca los vas a contar

Guardas los suspiros
de corazones rotos
y todas las miradas
de los hombres
que se sienten solos
dejas que la luna por la noche
te toque un poco
con la lucecita que ilumina los sueños locos

Mi barco es de papel
pero saldré a navegar
en la isla en donde tu estes
allí quiero naufragar
y que me huela la piel
a roca espuma y a sal
dime que tengo que hacer
para ser tu capitán

Guardas los suspiros
de corazones rotos
y todas las miradas
de los hombres
que se sienten solos
dejas que la luna por la noche
te toque un poco
con la lucecita que ilumina los sueños locos...

Javier D :

Hola, Bdrujita,
jee, ya no sos anónima, che.. bué, antes, tampoco lo eras!.. en cuanto al Juanlu, ¿qué querés que te diga?.. el pobre, !es que da pa tó!.. ejejejj.. igual sirve pa un roto, que pa un descosío.. !así le va!.. aunque desde que decidió irse de casa en casa.. no he vuelto a verle el pelo.. ejejj.. bué, ya volverá.. ejej
Besotes, aunque no te falten
PD: ya te envié un correo, hablándote de tu pps.